El precursor de este movimiento fue Naum Gabo con su manifiesto realista, al que luego se sumó Alexander Calder – también presente en la colección Hortensia Herrero – con sus esculturas móviles y finalmente toda una serie de artistas que se juntaron a mediados de los años cincuenta en la galería parisina Denise René, entre los que se encontraban Jesús Rafael Soto y Carlos Cruz-Díez. Las obras pertenecientes al arte cinético son las que presentan un movimiento perceptible o que necesitan del movimiento del espectador para poder ser percibido. Otros artistas como Duarte o Andreu Alfaro (con sus generatrices) o, más recientemente, Ann Veronica Janssens e Iván Navarro han continuado en esta línea de trabajo que, en algún caso, también podría describirse como arte óptico. Y es que, como dijo Carlos Cruz-Díez, con estas obras “el arte pasa de ser contemplativo a ser participativo”.
Sala 5 y 6
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