Esta obra surge del encargo realizado a Olafur Eliasson (Copenhague, 1967) en 2020 de crear una instalación diseñada específicamente para este pasaje del CAHH. Eliasson ha creado un túnel en el que el visitante puede contemplar 1035 piezas de cristal, cada una con un tamaño y un diseño diferente y con todos los colores del arco iris en su interior pero, al volver la vista atrás lo único que puede ver es un túnel negro. Tal y como explica el propio Eliasson, “hice un túnel para el Museo de Arte Moderno de San Francisco llamado One Way Tunnel, que es, en cierto modo, la primera semilla de las ideas de este túnel. Este de aquí es más ambicioso y creo que mucho más evolucionado en cuanto a cómo alberga o acoge a la gente. No diría que es más generoso en ese sentido, pero tiene más que ofrecer. Es más denso, y esta idea de que, cuando lo atraviesas, como que se abre, significa que tal vez se está estirando más. Y luego juega con esta idea de que es muy diferente según el camino que tomes».